miércoles, julio 8

Que llueva... que llueva...


Llueve otra vez!
Puras nubes de lluvia asoman en mi ciudad. Desde mi departamento escucho el ruido del raudal que se siente mojar a las ruedas de los autos. Llueve, llueve, llueve…
A más de uno, ésta lluvia le sacará de sus casillas, a otros le agradará saber que sus plantas mejorarán de aspecto, y a unos que menos el negocio de la venta del paraguas, de la aspirina antiresfrio, de los pañuelitos de papel y del chake la gripe, les vendrá como anillo al dedo.
Cuando chica la lluvia para mi era lo más fantástico que podía haber. Hacíamos barquitos de papel mientras escuchábamos gotas de lluvia caer en el tejado como una mágica sinfonía. Entonces… esperábamos pacientes que la lluvia terminara, agudizando el oído para escuchar cantar a los pajaritos, señal que la lluvia ya cesaba… y así salir corriendo a la calle para dejar en el raudal a nuestros barcos de papel. Estos se iban como volando aunque a la media cuadra quedaban todos mojados.
Más de una vez me escapé para caminar bajo la lluvia armada con todo: las botas, el impermeable de color rosa y mi paraguas ejem ejem… también de color rosa. Más de una vez me castigaron por tremenda aventura. Pero no importaba, la lluvia y yo éramos amigas, a demás mi abuela siempre sacaba de la galera unas tortillitas de queso con perejil para comerlas con mandioca antes de la sopa. Así cualquiera salía y gritaba en el patio: que llueva, que llueva, la vieja esta en la cueva… y qué susto si apenas cantaba caía el cielo de nuevo!!!
Después ya era esperar que saliera el sol para decir que el Diablo se estaba casando y corríamos a ver donde se veía el arco iris. Mientras, en el patio, asomaban los caracoles y las lombrices. Lindas las lombrices!, se movian a diestra y siniestra cuando las trasladaba de lugar usando el palito de aguacate. Nunca entendí porque Nena, quien nos cuidaba, se iba a contarle a mi abuela lo que yo estaba haciendo si son tan lindas las lombrices, tan tan... tan moviditas ellas :P
Ahora de grande me sigue gustando la lluvia… pero en mi casa.
Es que lluvia eran las de antes, ahora… te ganás un resfriado.

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