miércoles, marzo 10

Silencio y pausa.



Cuando chica siempre andaba detras de papá para que me hiciera pandorgas para hacerlas volar. El día que las creábamos, era un trajin sin fín. La cocina se inundaba con el olor a engrudo y luego el patio con los colores de los papeles de seda, los palitos de tacuara, los retazos de tela para la cola...
Cuando más charlatana me ponía, más en silencio papá se ponía.
Cuando más me aceleraba, más despacio todo era en papá.
Todo era un bochinche. Y luego la nada.
Al terminar la pandorga, llamaba a mi abuela, a mi mamá, a mi hermana mayor, a Nena (la niñera), para que pudieran observar tremenda pandorga, con colores y estrellitas, y la cola más majestuosa y llena de moñitos que pudiera haber!. Quién dijo que una pandorga no podia tener una cola asi?
El hacerla volar era otro cuento, otro trajín, otro momento de silencio y pausa que tenia que hacer si o sí. Era una condición propia del momento.
Correr, estirar lo suficiente de la liña, aflojarla... mantener la calma para pasar luego al asombro de verla volar.
En algún momento, el cielo se llenaba de pandorga de otros chicos. Era un deleite observarlas. No faltaba la pandorga con los colores del club de fútbol de preferencia. La mía? La mía era "muy de nena"; nadie se metia con ella. Nunca fue derribada a propósito, ni fue acechada para cortarle la cola glamorosa, ni fue tratada de "nena, nena". Mi pandorga era siempre bien recibida en el territorio de los "chicos malos" y el de "los buenos"
Bajar la pandorga era el momento del silencio respetuoso. Del momento de agradecer al viento que estuvo todo el tiempo haciendo bailar a las pandorgas.Ese momento era único. Cuando ya teniamos la pandorga y la cola para volver a casa, abrazarme a papá y escucharle decir: "Tu pandorga voló estupenda", "la cola le hizo volar más alto", "El próximo domingo me tenés que enseñar como hacer moñitos asi"; hacían que también yo me sintiera única, y sintiera único a mi padre.

Hay días asi de trajín infinito.
Todo sigue a todo. Hay que hacer esto y apenas terminamos empezamos con otra cosa hasta seguir con la lista que tenemos.
Todo nos corre, todo nos acelera.
No hay pausa.
No hay silencio.
No hay disfrute.
Hoy es un día para recordar el botón de pausa y pausarnos.
Hoy es un día para disfrutar en nosotros de nuestro silencio y de las pausas.
Que tengas un día pleno.

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